La comunicación
Corporativa y la transformación con la Web 2.0
En
la evolución de los medios de comunicación las audiencias han tenido un rol
pasivo. En términos del proceso de comunicación, la interacción entre emisor y
receptor se reduce al feedback o retroalimentación, ya sea el consumo
mediático (comprar un diario, mirar o escuchar un programa de radio o TV) o
eventualmente, participar de las páginas de opinión (cartas al director) o
participar de una encuesta. El que los usuarios publiquen contenidos y
opiniones en forma activa, solo fue posible al socializarse el uso de la web.
Nacieron así las primeras herramientas para tener espacios personales donde las
personas hablaran de su vida y sus intereses, publicaran y comentaran noticias.
Este proceso es la base del concepto de web social o web 2.0, el cual, sin
embargo, requiere ser asimilado críticamente.
El
proceso de convergencia tecnológica, donde las audiencias se valen de múltiples
industrias y plataformas para buscar información, y especialmente
entretenimiento genera un cambio trascendente en las formas de relacionarse
entre quienes producen contenidos (la industria cultural o de contenidos) y
quienes los consumen. De hecho, los roles de productores y consumidores
mediáticos aparecen redefiniéndose, ya que finalmente el fenómeno ocurre “en el
cerebro de los consumidores individuales y mediante sus interacciones sociales
con otros” (Jenkins, 2008, p. 15). De allí la idea de red social, como símil o
reflejo en el mundo de lo digital de la red social real de la que cada uno es
parte en su cotidianeidad (Bowman, Willis y The Media Center, 2005). O de
comunidad “virtual”, como una dimensión de la realidad que subsiste con la
actual, pero irreductible a ella (Lévy, 1999, en Jenkins, 2008).
Uno de los efectos de la enorme
capacidad de transmisión, almacenamiento e intercambio de información que trae
aparejada el proceso de cambios tecnológicos, es que ya nadie es capaz de
manejar tanta información lo que genera un incentivo a compartir las piezas a
través de la conversación social. Es lo que Piérre Lévy llama la “inteligencia
colectiva”, donde “nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo, todo
conocimiento reside en la humanidad” (Lévy, 2004, p. 20). Esta inteligencia
colectiva, según Jenkins es un poder colectivo que ha reformado nuestra
actividad recreativa, pero que está generando cambios en los modos de operar de
todos los otros ámbitos de nuestra vida (Jenkins, 2008, p. 15).
El
énfasis en el entretenimiento se explica por el enorme impacto de los productos
de consumo masivo en la adopción de las nuevas tecnologías de distribución,
pero también en la creación del sentido de identidad y las formas de
participación de los individuos en la nueva cultura. Desde La guerra de las
galaxias hasta Matrix y Harry Potter, la industria estimula
el consumo no solo de los largometrajes, sino también de los objetos de merchandising
que les permiten a los fans “apropiarse” de los personajes e historias,
desde los videos y DVD, hasta disfraces y figuritas, pasando por la música,
libros e historietas. La masificación de la web y la capacidad de los
individuos de jugar un rol activo en la generación de sus propios contenidos,
permite, sin embargo, que los fans trasciendan su rol de meros consumidores
pasivos y asuman un rol activo, incluso como escritores de nuevos capítulos o
sagas, que la industria trata de controlar, muchas veces sin éxito.
La
idea de web 2.0 proviene de la imitación del sistema de clasificación de
programas computacionales, donde a la primera versión se la denomina 1.0,
mientras que la versión 1.1, representa a la misma con modificaciones y la 2.0
simboliza una evolución del producto (y así, sucesivamente. Por ejemplo, la
última versión estable de la popular suite de oficina de Microsoft es la
compilación 15.0.4454.1504, del 29 de enero de 2013, aunque se comercializa
como Office 2013).
Dado
que la web no es un programa computacional, sino un sistema de enorme
complejidad y que no tiene un dueño o controlador, pues las diversas
industrias, los Gobiernos y los ciudadanos la van desarrollando, es impreciso
hablar de web 2.0 salvo como una metáfora del cambio cualitativo respecto de lo
que resultó en sus orígenes.
En
este sentido, la democratización de la información, los cambios del flujo
informativo y en el nivel de participación de las personas, no ocurren en la
web misma, sino en la sociedad que es la que incorpora a la web como parte
trascendente de su devenir. Es decir, la web se hace social.
Más
allá de los avances técnicos o de la enorme masificación de la web misma, la
principal diferencia de esta “nueva web” con respecto a la anterior (la 1.0),
es que ahora los usuarios interactúan y colaboran con otros a través de
plataformas digitales, donde los contenidos que ellos generan conforman una
comunidad virtual. En la web 2.0 el usuario abandona su rol pasivo frente a los
contenidos y se lanza a la red para aportar y compartir lo propio. Las comunidades
y la interacción dentro de las llamadas redes sociales desembocaron en un
cambio de paradigma, plasmado en la portada de la revista Time en 2006
al elegir al usuario de Internet (You) como su tradicional personaje del
año (Zanoni, 2008).
Ejemplos
de esta web social son los sitios de redes sociales, sitios para compartir videos, wikis (donde las
páginas son creadas y constantemente actualizadas por voluntarios) y blogs o
bitácoras personales. Tecnologías más complejas de esta web colaborativa son los
denominados mashups, donde se fusionan contenidos disponibles en una
base de datos o desde varios sitios con otra aplicación que permite darles otro
uso (por ejemplo, informar dónde están ubicadas personas o vehículos vía GPS
sobre un mapa de Google) o el concepto de folksonomía. Este último alude
a la posibilidad de clasificar contenidos (tag) de manera colaborativa.
Un
cambio de fondo para llegar a esta web 2.0, como la bautizó Tim O’Really en una
convención en 2004 (Zanoni, 2008), fue el enfoque de los desarrolladores de
contenidos desde el escritorio del computador hacia la web como plataforma.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario